“El medio es el mensaje”, frase popular de McLuhan en su libro “Understanding Media”, libro del cual parece se hablo más de lo que se leyó. Hoy día es considerado una reliquia cultural. Lo que quiso decir McLuhan es que a largo plazo los contenidos son menos importantes que el medio en sí mismo, influenciando como pensamos y actuamos.
Hoy día usamos el Internet de muchas formas. Algunos más compulsivos que otros. Se ha vuelto esencial para el trabajo o para la educación (colegio universidad) o para la vida social y frecuentemente para todas. La calma, el foco, la no distracción y las mentes lineales están siendo empujados por una nueva forma que quiere, mientras más rápido mejor, tomar información disjunta y muchas veces traslapada.
Queremos estar conectados ¡.
Las investigaciones sobre la neurociencia confirman que nuestros cerebros son elásticos (“plasticity”). Es un descubrimiento revelador. Todos los circuitos neuronales, los que están asociados al sentir, ver, escuchar, mover, pensar, aprender, percibir o recordar están sujetos a cambios. Es un rasgo permanente de nuestros cerebros. Nuestras neuronas rompen conexiones viejas y forma nuevos circuitos. Es como si tuviera la capacidad de reprogramarse por sí mismo al vuelo alterando la forma como funciona.
Para salirnos del determinismo genético, nuestros cambios en la forma de pensar son dados por la forma como vivimos y por los instrumentos que usamos.
Internet a diferencia de otros medios es bi-direccional. Así como enviamos mensajes y contenidos, recibimos. Los usos del Internet se han diversificado y el tiempo que invertimos ha ido creciendo tanto en los adultos como en los jóvenes. Por ejemplo en Estados Unidos del 2005 al 2009 duplico el tiempo. En el 2009 estaba en 12 horas semanales. Un típico europeo alrededor de 8 horas por semana. En una encuesta internacional de 27,500 adultos entre 18 a 55 años de edad se encontró que la gente destina un 30% de su tiempo libre en la Red, mientras que los chinos el 44%. Otro rasgo es la baja en el tiempo para la lectura de publicaciones impresas, particularmente periódicos, revistas y libros.
Los avances tecnológicos usualmente marcan puntos de cambio en la historia.