Una cultura organizacional orientada hacia la innovación demanda que las cosas se hagan y rápido. Si una organización tiene esa orientación, en mi apreciación, puede lograr resultados interesantes. Esquemas jerárquicos, burocráticos y mentalidades reacias al cambio son barreras fuertes para que la innovación tenga su espacio.
Para llevar ideas al mercado, a soluciones reales, algunas empresas mantienen una comunicación directa con los consumidores, tienen los sentidos bien abiertos; escuchan, observan y crean formas para impactar esas necesidades no cubiertas. El trabajo consiste en crear soluciones que marquen la diferencia en el mercado, que tengan razones de peso para sentirse contentos con la empresa y con sus productos generan un sentido de fidelidad. Innovar da valor y es relevante para los consumidores.
Sigo convencido que la diversidad es una fortaleza para muchos grupos de innovación, puede brindar abstracciones y perspectivas bien particulares. Que estén conformados por diferentes disciplinas, culturas y/o etnias. Muchas personas con talento quieren trabajar en ambientes donde proponer ideas y el hacer o llevarlas a cabo tenga su espacio. Las empresas pequeñas tienen la gran ventaja de poder ser más veloces y flexibles.
Para una empresa de tamaño mediano-grande, volcarse hacia la innovación debe:
• Trabajar la cultura de forma transversal para que la organización gire y se oriente hacia principios que la promuevan, la ejerciten.
• Dependiendo del tamaño del problema o de la situación a resolver conformar células de trabajo hasta de 5 integrantes ó hasta de 11 integrantes (fuerte influencia por el basquetbol y el futbol que me ratifican que para un trabajo colectivo es el número perfecto).
• Que la fábrica de ideas factibles y rentables no tenga tanta resistencia en las capas de la decisión.
• Premiar el resultado, que es el proceso desde la idea hasta la ejecución. Esta es la maravilla de los DO-TANKS.
Tenemos experiencias que nos confirman que la innovación da resultados efectivos y rentables.