Hay básicamente dos visiones de cómo hacer innovación; la estructuralista y la re-construccionista o destrucción creativa (Joseph A. Schumpeter).
Voy a enfocarme con la visión que personalmente me siento más identificado, donde el ejercicio recae en el emprendedor creativo como fuente principal de la innovación; la visión re-construccionista. El emprendedor creativo es la fuerza que hay detrás de un crecimiento económico sostenido a largo plazo, es la que crea y empuja los mercados. La aparición de los nuevos emprendedores surge muchas veces en periodos difíciles, en situaciones “no expansivas” y con muchas dificultades, porque son pocos los hombres que poseen esas cualidades de dirección, pero a medida que algunos de los pioneros avanzan, otros empresarios los siguen, ahora con menos obstáculos y bajo el estímulo del futuro éxito hasta que se hace familiar la innovación y es ampliamente aceptada. Un ejemplo real es ParqueSoft (www.parquesoft.com).
Para hacer Innovación, personalmente no creo de a mucho en las “recetas”, diría más bien que he sido bastante descreído de estas. La innovación para mí, es una actividad de la cotidianidad que invita permanentemente a pensar diferente en los negocios y sus ecosistemas y en ejecutar “otras” posibilidades de soluciones. Expandir el horizonte de la demanda, trabajar espacios no explorados buscando los márgenes de rentabilidad esperados. Eso sí, toca explorar y necesariamente embebe un riesgo.
Los márgenes de rentabilidad se han ido estrechando tanto que si los negocios no hacen algo diferente terminan quebrados y con pocas posibilidades de sostenerse en el tiempo y finalmente agravando el problema del empleo.
Llevo varios años trabajando en la industria del conocimiento donde se vive a diario el cambio, parece como estar en el negocio de la lechuga, un negocio de perecederos. De modo que para estar montado en la ola de la tendencia implica un ejercicio permanente de replantearse y de tener la suficiente flexibilidad de adaptación. Pareciera nada fuera “fijo”, estable, permanente y esas son las reglas del juego.
Esta visión reconstruccionista, sugiere que la forma de innovar parte del interior mismo de las empresas, un proceso endógeno. La innovación puede darse en cualquier momento y en cualquier organización. No hay límites del mercado en la mente de los Gerentes. Implica centrar la atención en la demanda y no en la oferta y en la competencia. Este proceso hace cambiar las reglas del juego, en hacer definir de otra manera el mismo problema. Es una forma de modificar el sistema y lograr cambios en las estrategias. No es la tecnología ni los métodos de producción lo que da valor al cliente. El reto de fondo es como crear esta nueva demanda, estos nuevos espacios en los mercados para brindar prosperidad.